Ardemos, incansablemente
somos fuego voraz.
Desde el interior una llama constante nos guía, nos da vitalidad y fuerza para luchar.
Somos fuego que tu boca devora.
Ardemos entre sábanas y cuerpos,
te calentamos hasta el más mínimo punto de tu cuerpo,
calentamos las noches frías
del viento que acecha.
Somos fuego acogedor
ardemos en tu solitario caminar.
Acompañado y amado
fuego te entregamos sin reclamar.
Somos fuego
gracia eterna antepasada.
De madres brujas;
esbeltas intelectuales, intentando ser libres
quemadas, incineradas, hechas polvo.
Este fuego que nos heredaron
no corre el riesgo de detenerse,
antes se multiplica.
Dame, dame, dame
mujer más fuego...
Hay que arder todo.
留言